Las puertas laminadas se obtienen al recubrir un tablero de MDF o aglomerado con varias capas de papel Kraft. A estas capas, bañadas en resinas fenólicas, se le añade una hoja de papel decorativo, recubierto a su vez de resina de melamina.

Las principales ventajas que ofrecen es la durabilidad de los tonos y los colores, gran resistencia al rayado, al impacto y al calor y su excelente impermeabilidad.